El Ayuntamiento de Liérganes ha invertido casi 6.000 euros en acondicionar la senda de los pozos de Noja, dos pequeños embalses construidos a principios del siglo XX para  lograr conseguir la producción de electricidad en los municipios de Miera y de Liérganes. Cada término cuenta con un pozo, y la senda (PR-S25), que ha sido homologada recientemente por la Federación Cántabra de Actividades de Montaña y Escalada (FCAME), parte del barrio de Rubalcaba, en Liérganes, y libra un desnivel acumulado de 723metros de subida y 741 de bajada.

Se trata de un recorrido circular de 16,6 kilómetros con una dificultad moderada o media. La duración estimada es de 5 horas y 50 minutos sin paradas.Una ruta preciosa, aunque algo dura, pero merece la pena la recompensa de subir hasta Los Pozos de Noja, en Liérganes. Es un paraje realmente impresionante, y con unas vistas muy bonitas, que se puede hacer en cualquier época del año. La cota máxima es de 818 metros, y la mínima de 88 metros. La ciclavilidad para bicicletas BTT es del 70 por ciento, y el tipo de recorrido es el de una travesía.

El Ayuntamiento ha puesto en circulación un díptico con las características de la senda, y el contenido que puede encontrarse el senderista en un territorio con abundantes cabañas pasiegas. El punto de partida es la plaza de Rubalcaba, en donde arranca una pista de parcelaria asfaltada hasta la Pereda. Y el lugar de llegada de este recorrido lineal en circuito es el barrio de La Rañada, a apenas 300 metros del casco histórico de Liérganes.

El trabajo técnico de Marco Antonio Gándara, vecino de Liérganes, ingeniero industrial jubilado y caminante incansable, ha sido vital para poder llevar a cabo esta homologación, ya conseguida en los Pozos de Valcaba (Pámanes) y en los picos de Busampiro, más conocidos como las tetas de Liérganes, tras una rigurosa auditoría sobre el terreno de la Federación Cántabra de Actividades de Montaña y Escalada.

Hoy en día el volumen de agua de los pozos de Noja es muy inferior al que tuvieron en los años de funcionamiento de las centrales eléctricas, debido a que las presas de contención de los embalses se encuentran parcialmente derruidas. Los Pozos, a los que también se puede acceder desde Miera y Eslesde Cayón, son en realidad lagunas artificiales, que reciben ese nombre por la zona en la que están situados, al pie de Las Eguinzas y cerca de Peña Pelada.  Existen varias rutas para llegar hasta ellos. El más grande es el superior. El inferior ya queda dentro del término municipal de Liérganes, aunque se considera que ambos están en Miera. 

Su función era la de la aportación de agua para la producción de energía hidráulica para Liérganes y alrededores. Se aprovecharon hondonadas para construir las presas a principios del siglo XX. La del pozo inferior aun es visible desde la parte norte. El agua bajaba por canales situados en las laderas del Picón del Marmojo -otra montaña próxima-, y de Peña Pelada. Estos canales aún existen. Los pozos se llenaban con el agua del deshielo o de la lluvia.

La empresa que los construyó fue la Electra Pasiega, que fue absorbida en 1945 por Electra de Viesgo. Las turbinas para la producción de electricidad estaban situadas, la primera, al pie del monte en el que se ubican los embalses, y la segunda, que recibía agua de la primera, junto a la carretera que une Liérganes y San Roque, en un lugar llamado “la fábrica de la luz”, en el barrio de Rubalcaba. Las instalaciones aún se conservan abandonadas.

Los pozos y las turbinas, el primer gran proyecto de Electra Pasiega, se pusieron en funcionamiento sobre 1905 y estuvieron produciendo electricidad hasta mediados de, siglo, cuando Electra de Viesgo adquirió la pequeña empresa pasiega. En ese momento, se introdujo en la zona de Liérganes el alumbrado moderno.

 

 

Foto Pozos de Noja